Sufragio Efectivo – Estado Efectivo
Clamor Nacional
Clamor Nacional
* J. Guillermo Gómez García
Socio director de Capital Empresarial
Economista y Consultor Financiero
Socio director de Capital Empresarial
Economista y Consultor Financiero
“Es nuestra oportunidad”. “Queremos hechos”, pero “hechos del Estado y de nosotros, de la ciudadanía”.
Alejandro Martí
Carta Abierta a la sociedad
“Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada”.
Estimados conciudadanos:
¡¡¡México necesita tu apoyo!!!!
Como sociedad, hemos sido corresponsables de la inseguridad. No denunciamos los crímenes de los que somos víctimas, no les exigimos más justicia a las autoridades, alimentamos la corrupción en cualquier nivel, nuestros planes de acción se quedan en buenas intenciones. Es hora de cambiar.
El 5 de Abril de 1968, un día después del asesinato de Martin Luther King, Robert F. Kennedy pronunció un discurso en el que llamó a la reconciliación entre razas. He aquí un extracto: …“la violencia alcanzada al día de hoy no respeta nivel socioeconómico, ideología, raza, sexo, ni religión. Parecemos tolerarla en un nivel creciente, ignorando nuestra común humanidad, y nuestras demandas a la civilización. A veces celebramos a quienes quieren construir su vida sobre los sueños destrozados y pisoteados de otros seres humanos. Pero lo cierto es que, la violencia engendra más violencia, la represión genera venganza, y sólo una limpieza de toda nuestra sociedad puede desaparecer este mal”… Hoy en día, estamos viviendo la misma situación.
Como verdaderos ciudadanos, es nuestra obligación ser parte del cambio. Debemos dejar atrás la posición de mártires, de lo que hace o deja de hacer el gobierno, y tomar una posición más partícipe en la sociedad.
No somos el primer país cuyas entrañas están podridas por la corrupción y por la impunidad. Italia, Colombia y España han pasado por escenarios similares, la mafia, el narcotráfico y las guerrillas, y el terrorismo, respectivamente. En aquellas naciones, el cambio lo originó la sociedad. Se dieron cuenta que eran los únicos que podían lograrlo, ante una clase política con poca disposición para hacerlo.
Ante una doble ausencia, de un buen gobierno y de una buena sociedad, necesitamos, primero, modificar el funcionamiento social, para después hacerlo en el político (Dresser, D. 2008). No esperar el político, para que luego sea el social. La transición democrática no ha sido suficiente, porque no hemos tomado la parte que nos corresponde.
Para ello, requerimos convertirnos en ciudadanos proactivos y no conformistas, participar, ser capaces de escribir cartas y retar a las élites, fundar organizaciones independientes y fomentar normas cívicas, sacudir conciencias, escrutinar a los funcionarios y exigir que se haga lo que se tenga que hacer (Dresser, D. 2008). Estamos en un punto de inflexión, es hora de empezar a hacerlo.
Este sábado 30 de Agosto tenemos una oportunidad invaluable de demostrarnos que somos parte de una comunidad viva, asiste a la Marcha.
Cada vez son menos las personas cercanas que no han sido víctimas de un asalto, de un secuestro exprés, de una extorsión, de cualquier abuso; y ¡cuidado!, mayor el peligro de ser parte de uno de ellos. “Ya basta”.
Así como Alejandro Martí retó al Presidente de la República, a los gobernadores y a las autoridades políticas, rétense también ustedes a poner un “hasta aquí”. Tenemos que aceptar y entender que no podemos seguir así.
Comprométanse, comprometámonos, como se debe de comprometer la sociedad civil a encaminar y encauzar una nueva era del país en donde se repudie la corrupción, en donde no seamos parte de ella y no seamos cómplices (Martí, A. 2008), menos víctimas.
Pero, las energías de la participación social no se deben enfocar exclusivamente en demandar soluciones a la autoridad. No sólo debemos protestar como ciudadanos, también como consumidores. Cuestiónense, cuestionémonos, ¿qué está haciendo tu proveedor de telefonía celular para prohibir la venta de equipos sin previa identificación? ¿Qué está haciendo tu banco para frenar el lavado de dinero? ¿Qué hace el fabricante de tu automóvil para poner chips de localización satelital en todas sus unidades? ¿Qué estamos haciendo para premiar con nuestro dinero a las empresas que combatan la delincuencia? (Pardinas, J. E. 2008). La iniciativa privada también puede desempeñar un rol protagónico en el cambio.
Kennedy cierra su discurso con una convocatoria abierta a la sociedad. “Dejemos de vivir en una ciudad con extraños, y empecemos a construir una comunidad. Nuestra vida es demasiado corta y el trabajo por hacer es demasiado grande para dejar que el miedo siga prosperando. Seguramente podremos aprender, por lo menos, a mirar alrededor a aquellos que son nuestros semejantes, podremos empezar a trabajar con algo más de entusiasmo y a curarnos mutuamente las heridas, convertirnos otra vez, en hermanos y compatriotas de corazón”.
Es posible que nosotros no presenciemos el resultado de las acciones, pero nuestros hijos seguramente lo harán.
Participa este sábado, seis de la tarde en el Ángel de la Independencia.
¡¡¡México te lo agradecerá!!!
Y recuerda lo que nos dijo Edmund Burke, “para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada”.
“ES NUESTRA OPORTUNIDAD”: Alejandro Martí aseguró ayer que la marcha de hoy sábado es para exigir respuestas definitivas. "Queremos hechos", expresó. Pero “hechos del Estado y de nosotros, de la ciudadanía”.
- Un compromiso para relegar al corrupto y al irresponsable.
- “Esa es la chamba de cien millones de mexicanos”. “No queremos espectáculos, no queremos fotografías, no queremos escándalos. No queremos renuncias: queremos hechos”.
- “Es nuestra oportunidad. Todo mexicano que se precie de ser mexicano, si no lucha a partir de hoy, todos agrupados para eliminar la impunidad, no cumple con su responsabilidad”.
- La impunidad, insistió, es una consecuencia de la irresponsabilidad del dejar hacer. “De no trabajar, de no exigir, de no denunciar".
Hace una semana, durante la firma del Acuerdo, ante gobernadores y los titulares del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, reclamó respuesta a la crisis de inseguridad.
Dijo entonces: “si no pueden, renuncien”.
La frase, explicó, no la tenía planeada. Surgió al momento y fue expresado porque, dijo, simplemente es lo que la ciudadanía piensa.
“Estamos jugándonos el destino de nuestros hijos, de nuestras familias. El riesgo de que este País se llegase a desintegrar por la inseguridad, el terror, el miedo. Eso es una responsabilidad enorme como para andar tapando las cosas y no decirlas sinceramente”.
“Lo peor que nos pudiera suceder es que en cien días hubiera la mitad de renuncias (en el Gobierno). Eso no lo busca nadie. No queremos espectáculos, no queremos fotografías, no queremos escándalos, no queremos renuncias: queremos hechos”.
Alejandro Martí opinó que, sin las marchas anteriores (la de 1997 y las del 2004), no se habría llegado a un nuevo punto de exigencia.
“La primera marcha fue un despertar de conciencias. La de hoy es una exigencia de que se elimine la impunidad y la inseguridad”.
Y... ¿usted qué opina?
“Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada”.
Edmund Burke
Escritor y pensador político británico (1729-1797)
Escritor y pensador político británico (1729-1797)
Estimados conciudadanos:
¡¡¡México necesita tu apoyo!!!!
Como sociedad, hemos sido corresponsables de la inseguridad. No denunciamos los crímenes de los que somos víctimas, no les exigimos más justicia a las autoridades, alimentamos la corrupción en cualquier nivel, nuestros planes de acción se quedan en buenas intenciones. Es hora de cambiar.
El 5 de Abril de 1968, un día después del asesinato de Martin Luther King, Robert F. Kennedy pronunció un discurso en el que llamó a la reconciliación entre razas. He aquí un extracto: …“la violencia alcanzada al día de hoy no respeta nivel socioeconómico, ideología, raza, sexo, ni religión. Parecemos tolerarla en un nivel creciente, ignorando nuestra común humanidad, y nuestras demandas a la civilización. A veces celebramos a quienes quieren construir su vida sobre los sueños destrozados y pisoteados de otros seres humanos. Pero lo cierto es que, la violencia engendra más violencia, la represión genera venganza, y sólo una limpieza de toda nuestra sociedad puede desaparecer este mal”… Hoy en día, estamos viviendo la misma situación.
Como verdaderos ciudadanos, es nuestra obligación ser parte del cambio. Debemos dejar atrás la posición de mártires, de lo que hace o deja de hacer el gobierno, y tomar una posición más partícipe en la sociedad.
No somos el primer país cuyas entrañas están podridas por la corrupción y por la impunidad. Italia, Colombia y España han pasado por escenarios similares, la mafia, el narcotráfico y las guerrillas, y el terrorismo, respectivamente. En aquellas naciones, el cambio lo originó la sociedad. Se dieron cuenta que eran los únicos que podían lograrlo, ante una clase política con poca disposición para hacerlo.
Ante una doble ausencia, de un buen gobierno y de una buena sociedad, necesitamos, primero, modificar el funcionamiento social, para después hacerlo en el político (Dresser, D. 2008). No esperar el político, para que luego sea el social. La transición democrática no ha sido suficiente, porque no hemos tomado la parte que nos corresponde.
Para ello, requerimos convertirnos en ciudadanos proactivos y no conformistas, participar, ser capaces de escribir cartas y retar a las élites, fundar organizaciones independientes y fomentar normas cívicas, sacudir conciencias, escrutinar a los funcionarios y exigir que se haga lo que se tenga que hacer (Dresser, D. 2008). Estamos en un punto de inflexión, es hora de empezar a hacerlo.
Este sábado 30 de Agosto tenemos una oportunidad invaluable de demostrarnos que somos parte de una comunidad viva, asiste a la Marcha.
Cada vez son menos las personas cercanas que no han sido víctimas de un asalto, de un secuestro exprés, de una extorsión, de cualquier abuso; y ¡cuidado!, mayor el peligro de ser parte de uno de ellos. “Ya basta”.
Así como Alejandro Martí retó al Presidente de la República, a los gobernadores y a las autoridades políticas, rétense también ustedes a poner un “hasta aquí”. Tenemos que aceptar y entender que no podemos seguir así.
Comprométanse, comprometámonos, como se debe de comprometer la sociedad civil a encaminar y encauzar una nueva era del país en donde se repudie la corrupción, en donde no seamos parte de ella y no seamos cómplices (Martí, A. 2008), menos víctimas.
Pero, las energías de la participación social no se deben enfocar exclusivamente en demandar soluciones a la autoridad. No sólo debemos protestar como ciudadanos, también como consumidores. Cuestiónense, cuestionémonos, ¿qué está haciendo tu proveedor de telefonía celular para prohibir la venta de equipos sin previa identificación? ¿Qué está haciendo tu banco para frenar el lavado de dinero? ¿Qué hace el fabricante de tu automóvil para poner chips de localización satelital en todas sus unidades? ¿Qué estamos haciendo para premiar con nuestro dinero a las empresas que combatan la delincuencia? (Pardinas, J. E. 2008). La iniciativa privada también puede desempeñar un rol protagónico en el cambio.
Kennedy cierra su discurso con una convocatoria abierta a la sociedad. “Dejemos de vivir en una ciudad con extraños, y empecemos a construir una comunidad. Nuestra vida es demasiado corta y el trabajo por hacer es demasiado grande para dejar que el miedo siga prosperando. Seguramente podremos aprender, por lo menos, a mirar alrededor a aquellos que son nuestros semejantes, podremos empezar a trabajar con algo más de entusiasmo y a curarnos mutuamente las heridas, convertirnos otra vez, en hermanos y compatriotas de corazón”.
Es posible que nosotros no presenciemos el resultado de las acciones, pero nuestros hijos seguramente lo harán.
Participa este sábado, seis de la tarde en el Ángel de la Independencia.
¡¡¡México te lo agradecerá!!!
Y recuerda lo que nos dijo Edmund Burke, “para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada”.
“ES NUESTRA OPORTUNIDAD”: Alejandro Martí aseguró ayer que la marcha de hoy sábado es para exigir respuestas definitivas. "Queremos hechos", expresó. Pero “hechos del Estado y de nosotros, de la ciudadanía”.
- Un compromiso para relegar al corrupto y al irresponsable.
- “Esa es la chamba de cien millones de mexicanos”. “No queremos espectáculos, no queremos fotografías, no queremos escándalos. No queremos renuncias: queremos hechos”.
- “Es nuestra oportunidad. Todo mexicano que se precie de ser mexicano, si no lucha a partir de hoy, todos agrupados para eliminar la impunidad, no cumple con su responsabilidad”.
- La impunidad, insistió, es una consecuencia de la irresponsabilidad del dejar hacer. “De no trabajar, de no exigir, de no denunciar".
Hace una semana, durante la firma del Acuerdo, ante gobernadores y los titulares del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, reclamó respuesta a la crisis de inseguridad.
Dijo entonces: “si no pueden, renuncien”.
La frase, explicó, no la tenía planeada. Surgió al momento y fue expresado porque, dijo, simplemente es lo que la ciudadanía piensa.
“Estamos jugándonos el destino de nuestros hijos, de nuestras familias. El riesgo de que este País se llegase a desintegrar por la inseguridad, el terror, el miedo. Eso es una responsabilidad enorme como para andar tapando las cosas y no decirlas sinceramente”.
“Lo peor que nos pudiera suceder es que en cien días hubiera la mitad de renuncias (en el Gobierno). Eso no lo busca nadie. No queremos espectáculos, no queremos fotografías, no queremos escándalos, no queremos renuncias: queremos hechos”.
Alejandro Martí opinó que, sin las marchas anteriores (la de 1997 y las del 2004), no se habría llegado a un nuevo punto de exigencia.
“La primera marcha fue un despertar de conciencias. La de hoy es una exigencia de que se elimine la impunidad y la inseguridad”.
Y... ¿usted qué opina?
......TÚ DECIDES LO QUE SIGUE... PARA MÉXICO... PARTICIPA POSITIVAMENTE
Be GLOCAL
LA MARCHA... La exigencia de cientos de miles de personas que marcharán hoy en distintas partes del país en protesta por el déficit de seguridad. Campea en el ánimo de todos, un sentimiento de sociedad secuestrada, no sólo por el delito al que se alude, sino por la inseguridad y delitos en muchos otros ámbitos.
Se puede decir que la ilegalidad ha logrado secuestrar a la sociedad toda. El desdén generalizado a la ley, incluso por amplios segmentos de la sociedad, es causa y es, también, la explicación de lo marginal de los resultados.
El cambio no resulta del golpe de timón del gobernante o del legislador, sino de la capacidad para que cada quien, desde su propio espacio, haga las cosas para que los resultados puedan darse. La marcha tiene el potencial para ello.
EL INFORME: ...La transformación del evento era una necesidad ineludible; sin embargo, la evidencia muestra que la evolución no fue positiva para nadie, menos para el Congreso y la pluralidad allí manifiesta. Un evento republicano ha desaparecido; en su lugar el Poder Ejecutivo y el Legislativo se muestran aislados, cada uno por su cuenta, con sus recursos y particularidades.
La presencia del jefe de Estado en la apertura de sesiones del Parlamento es un triunfo de la democracia; así fue definido en los textos fundamentales, desde la Constitución liberal de Cádiz. Se obligaba al representante de la nación a hacerse presente, sin guardia y sin otra investidura que la de representar a la totalidad institucional, social y política. Así acontece en todas las democracias. Fue un lamentable error de la Constitución de 1917 hacer de un ceremonial de Estado, uno de gobierno, al determinar que se informara sobre el Estado que guardara la administración del país.
Lo idóneo hubiese sido recuperar aquel sentido republicano y democrático de la institución.
Que el significado en el evento fuera la apertura de sesiones ordinarias, no la entrega o lectura de un informe de gestión.
EL CONGRESO. En el México de nuestros días, las instituciones fundamentales suelen transformarse en función de la coyuntura.
Hoy, el Constituyente permanente, con frecuencia niega el espíritu del Constituyente originario de 1808, 1824, 1857 o el de 1917. En ocasiones con exceso, pero siempre, en aquellos momentos fundacionales, se buscó no responder a la inmediatez, sino al futuro de la nación. Para esa generación de constituyentes no se cambiaban las reglas para acomodarlas a un equilibrio circunstancial o a los intereses del caso, sino a partir de una visión de país, de un futuro deseable, incluso a costa del interés propio.
La institución del Informe cambió a partir del saldo de la elección de 2006. El rencor de unos y el temor de otros llevó a cambiar la Constitución para eliminar el sentido originario del ceremonial de apertura de sesiones del Congreso.
...y decidieron a posteridad eliminar una de las pocas ceremonias republicanas para dar testimonio de pluralidad y libertad.
Es paradójico, pero quien más perdió fue el Congreso. Al Presidente se le relevó de una obligación y de la incomodidad de enfrentar la malquerencia —en no pocas ocasiones grosera— de la minoría parlamentaria.
Los legisladores vivirán con regocijo la ausencia del Presidente, como sucedió al momento en el que se dio curso a la reforma constitucional. Sin embargo, también descubrirán que sin el jefe de Estado, el evento pierde significado y trascendencia.
La sociedad pierde, también la República y con ésta el Poder Legislativo.
Por lo que se aprecia en esta reforma, el cambio institucional se vislumbra como el mayor problema de la democracia mexicana.
La ausencia de visión y horizonte de esta generación de reformadores hace recurrente que los cambios sean contraproducentes al país, a la democracia, incluso a la causa que ellos mismos dicen abanderar.
Esto acontece porque una de las mayores debilidades es la falta de un auténtico debate y el desdén de la clase política hacia la sociedad civil, hacia las voces y opiniones que no provienen de un estrecho, excluyente y, por lo visto, mediocre sector político.
Los hacedores de instituciones de hoy día viven distantes de la sociedad que presumen representar. También prefieren, como lo constata el hecho, hacer de la división de poderes, separación y aislamiento.
EUA CAMPAMENTO REPUBLICANO. Sabe más el diablo por viejo que por diablo. Ni Mitt Romney, ni Joe Lieberman, ni Tim Pawlenty. Será Sarah Palin la que acompañe a John McCain como número dos en la candidatura republicana a la presidencia y la que se convertirá el próximo miércoles oficialmente en la segunda mujer en la historia de los EUA candidata a vicepresidente tras la demócrata Geraldine Ferraro elegida por Walter Mondale en 1984.
Con este movimiento McCain, arropa la idea de cambio, se distancia de George W. Bush, reivindica otra forma nueva de hacer política, y silencia a los críticos que pensaban que el senador por Arizona había abandonado su discurso anti-Washington.
Durante su intervención en el acto de presentación en la Universidad Estatal Wright de Dayton (Ohio), Palin, además de apelar a los 18 millones de personas que votaron por Hillary Clinton en las pasadas primarias y recordar el aniversario del derecho al voto entre las mujeres, aseguró a los allí presentes que si quieren un cambio en Washington, deben votar por ella. A pesar de que es una completa desconocida a nivel nacional y de que es como Obama muy joven, Sarah Palin es la única entre los cuatro aspirantes a presidente o vicepresidente en tareas de gobierno.
En 2006, en unas elecciones legislativas para olvidar, cuando los republicanos no arrebataron ningún escaño ni estado a los demócratas, ella ganó contra pronóstico en Alaska. Hace sólo dos años.
Es la esperanza blanca, la mujer procedente de lejanas nieves que junto a McCain completa un ticket único en la historia del Partido Republicano: el candidato más viejo con la mujer más joven. Juntos tratarán de contrarrestar la oratoria de Obama y la ironía de Biden para evitar que se apropien del voto femenino y del mensaje de cambio con el que conecta una mayoría social de los posibles votantes de esta campaña. ¿Lo conseguirán?
Nota: Esta opinión contiene notas publicadas en los principales medios nacionales, de las cuales son responsables únicamente los autores.
LA MARCHA... La exigencia de cientos de miles de personas que marcharán hoy en distintas partes del país en protesta por el déficit de seguridad. Campea en el ánimo de todos, un sentimiento de sociedad secuestrada, no sólo por el delito al que se alude, sino por la inseguridad y delitos en muchos otros ámbitos.
Se puede decir que la ilegalidad ha logrado secuestrar a la sociedad toda. El desdén generalizado a la ley, incluso por amplios segmentos de la sociedad, es causa y es, también, la explicación de lo marginal de los resultados.
El cambio no resulta del golpe de timón del gobernante o del legislador, sino de la capacidad para que cada quien, desde su propio espacio, haga las cosas para que los resultados puedan darse. La marcha tiene el potencial para ello.
EL INFORME: ...La transformación del evento era una necesidad ineludible; sin embargo, la evidencia muestra que la evolución no fue positiva para nadie, menos para el Congreso y la pluralidad allí manifiesta. Un evento republicano ha desaparecido; en su lugar el Poder Ejecutivo y el Legislativo se muestran aislados, cada uno por su cuenta, con sus recursos y particularidades.
La presencia del jefe de Estado en la apertura de sesiones del Parlamento es un triunfo de la democracia; así fue definido en los textos fundamentales, desde la Constitución liberal de Cádiz. Se obligaba al representante de la nación a hacerse presente, sin guardia y sin otra investidura que la de representar a la totalidad institucional, social y política. Así acontece en todas las democracias. Fue un lamentable error de la Constitución de 1917 hacer de un ceremonial de Estado, uno de gobierno, al determinar que se informara sobre el Estado que guardara la administración del país.
Lo idóneo hubiese sido recuperar aquel sentido republicano y democrático de la institución.
Que el significado en el evento fuera la apertura de sesiones ordinarias, no la entrega o lectura de un informe de gestión.
EL CONGRESO. En el México de nuestros días, las instituciones fundamentales suelen transformarse en función de la coyuntura.
Hoy, el Constituyente permanente, con frecuencia niega el espíritu del Constituyente originario de 1808, 1824, 1857 o el de 1917. En ocasiones con exceso, pero siempre, en aquellos momentos fundacionales, se buscó no responder a la inmediatez, sino al futuro de la nación. Para esa generación de constituyentes no se cambiaban las reglas para acomodarlas a un equilibrio circunstancial o a los intereses del caso, sino a partir de una visión de país, de un futuro deseable, incluso a costa del interés propio.
La institución del Informe cambió a partir del saldo de la elección de 2006. El rencor de unos y el temor de otros llevó a cambiar la Constitución para eliminar el sentido originario del ceremonial de apertura de sesiones del Congreso.
...y decidieron a posteridad eliminar una de las pocas ceremonias republicanas para dar testimonio de pluralidad y libertad.
Es paradójico, pero quien más perdió fue el Congreso. Al Presidente se le relevó de una obligación y de la incomodidad de enfrentar la malquerencia —en no pocas ocasiones grosera— de la minoría parlamentaria.
Los legisladores vivirán con regocijo la ausencia del Presidente, como sucedió al momento en el que se dio curso a la reforma constitucional. Sin embargo, también descubrirán que sin el jefe de Estado, el evento pierde significado y trascendencia.
La sociedad pierde, también la República y con ésta el Poder Legislativo.
Por lo que se aprecia en esta reforma, el cambio institucional se vislumbra como el mayor problema de la democracia mexicana.
La ausencia de visión y horizonte de esta generación de reformadores hace recurrente que los cambios sean contraproducentes al país, a la democracia, incluso a la causa que ellos mismos dicen abanderar.
Esto acontece porque una de las mayores debilidades es la falta de un auténtico debate y el desdén de la clase política hacia la sociedad civil, hacia las voces y opiniones que no provienen de un estrecho, excluyente y, por lo visto, mediocre sector político.
Los hacedores de instituciones de hoy día viven distantes de la sociedad que presumen representar. También prefieren, como lo constata el hecho, hacer de la división de poderes, separación y aislamiento.
Liébano Sáenz
EUA CAMPAMENTO REPUBLICANO. Sabe más el diablo por viejo que por diablo. Ni Mitt Romney, ni Joe Lieberman, ni Tim Pawlenty. Será Sarah Palin la que acompañe a John McCain como número dos en la candidatura republicana a la presidencia y la que se convertirá el próximo miércoles oficialmente en la segunda mujer en la historia de los EUA candidata a vicepresidente tras la demócrata Geraldine Ferraro elegida por Walter Mondale en 1984.
Con este movimiento McCain, arropa la idea de cambio, se distancia de George W. Bush, reivindica otra forma nueva de hacer política, y silencia a los críticos que pensaban que el senador por Arizona había abandonado su discurso anti-Washington.
Durante su intervención en el acto de presentación en la Universidad Estatal Wright de Dayton (Ohio), Palin, además de apelar a los 18 millones de personas que votaron por Hillary Clinton en las pasadas primarias y recordar el aniversario del derecho al voto entre las mujeres, aseguró a los allí presentes que si quieren un cambio en Washington, deben votar por ella. A pesar de que es una completa desconocida a nivel nacional y de que es como Obama muy joven, Sarah Palin es la única entre los cuatro aspirantes a presidente o vicepresidente en tareas de gobierno.
En 2006, en unas elecciones legislativas para olvidar, cuando los republicanos no arrebataron ningún escaño ni estado a los demócratas, ella ganó contra pronóstico en Alaska. Hace sólo dos años.
Es la esperanza blanca, la mujer procedente de lejanas nieves que junto a McCain completa un ticket único en la historia del Partido Republicano: el candidato más viejo con la mujer más joven. Juntos tratarán de contrarrestar la oratoria de Obama y la ironía de Biden para evitar que se apropien del voto femenino y del mensaje de cambio con el que conecta una mayoría social de los posibles votantes de esta campaña. ¿Lo conseguirán?
Nota: Esta opinión contiene notas publicadas en los principales medios nacionales, de las cuales son responsables únicamente los autores.
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