viernes, 7 de marzo de 2008

La crisis de la educación: soluciones y expectativas

Dr. Felipe González y González
Presidente del Centro de Estudios
para la Gobernabilidad Institucional (CEGI)
IPADE Business School


Nada más comenzar el año 2008, y antes de que acabar el mes de enero, se ha vuelto plantear el tema del subdesarrollo educativo de México. Como se sabe el país obtuvo el último lugar en el Programme for International Student Assessment (PISA), llevado a cabo por la OCDE en más de 60 países.

El año 2007 evidenció la crisis del sistema educativo mexicano. En las pruebas PISA del año 2006, los estudiantes mexicanos de 15 años ocuparon las peores posiciones, a pesar de que México tiene un complejo y muy rico sistema educativo.

El gasto no es garantía del éxito.

Hay varios aspectos que pueden ayudar a explicar el por qué del fracaso escolar de los estudiantes mexicanos: a) el abundante gasto en dinero no garantiza el éxito; b) el margen de maniobra de las autoridades es marginal en lo que a la calidad de la educación se refiere; c) el sistema mexicano refuerza las diferencias sociales, y d) no basta con disponer de tecnología hay que estar entrenado en ello y que tener disposición para usarla.

La situación es grave.

México no está en posición, al menos con los condicionantes actuales, de elevar el nivel de educación de los estudiantes. El 60 por ciento de los alumnos de 15 años en México no tienen los conocimientos suficientes para comenzar estudios superiores, ni responder, por tanto, a los requerimientos de la globalización.

La respuesta a la crisis de la educación en México es posible. Pero no se trata de una solución técnica, ni siquiera del monto de los recursos, sino de una actuación política que permita liberar al sistema educativo nacional. Hay que volver a poner la educación en manos de la sociedad. Hay que ciudadanizar la educación. Hay que recuperar el papel de los padres de familia, y de los profesores vocacionalmente orientados y profesionalmente preparados. Hay que diseñar un nuevo tipo de escuela que sea libre, innovadora, autónoma, cualitativamente competente y socialmente escrutada.

La clave está en la selección del profesorado.

En un estudio de la consultora McKinsey (“How the world´s best performing schools systems come out on top”) se concluye que son tres las claves del éxito de los países que encabezan la tabla PISA (Finlandia, Hong Kong, , Corea del Sur, Japón, Canadá): 1) contratan a los mejores profesores; 2) les exigen mucho; y 3) intervienen en cuanto los resultados de los alumnos empiezan a bajar.

Por contraste se indica que no son los países que gastan más dinero en educación los que obtienen mejores resultados. En educación, como en muchos ámbitos, los medios materiales cuentan. Pero lo que resulta de decisivo es la voluntad de hacer bien las cosas, la motivación para desarrollar con excelencia una tarea. El sentido de la autoestima que proviene de hacer bien el trabajo, de cuyo cumplimiento depende el valor de la persona que se sabe responsable.

Un funcionario coreano resumía el desafío educativo en los siguientes términos: “la calidad de un sistema educativo no puede ser mejor que la de sus profesores”.

En México los profesores o maestros de enseñanza básica y media son reclutados en función de intereses políticos, para perpetuar un sistema corporativista de administración de la educación, que reivindica cuotas de poder económico y político, pero que olvida o carece de la visión o el sentido de misión que debe presidir cualquier tarea educativa.

De acuerdo a estudios hechos en Estados Unidos si se toman alumnos con talentos y capacidad media, y se les asignan profesores que están en el 20 por ciento superior de los mejor valorados, los alumnos se colocan en el 10 por ciento de los estudiantes con mejores calificaciones. Pero si a esos mismos alumnos se les asignan profesores que están en el 20 por ciento de los peor evaluados, los estudiantes caerán en el grupo de los alumnos con calificaciones más bajas.

La selección del profesorado es determinante para la calidad educativa.

En los Estados Unidos se gasta más dinero en la educación y han llegado al record más bajo de alumnos por profesor, pero el problema está, entre otras causas, en la selección de los mismos. Los maestros en Estados Unidos son reclutados en el tercio de estudiantes universitarios con más bajos resultados. Por contraste los países exitosos en educación hacen lo contrario. En Corea del Sur los profesores de primaria provienen del 5 por ciento de los mejores graduados, y en Singapur y Hong Kong del 30% superior. No es de extrañar que a mejor selección y desempeño de los profesores, mejores sean los resultados de los alumnos.

De acuerdo con el estudio de McKinsey, “conseguir buenos profesores depende de cómo se les selecciona y se les forma; la docencia puede ser una opción atractiva para los mejores graduados universitarios sin necesidad de pagar una fortuna; hay remedio para las escuelas y los alumnos que se quedan rezagados si se aplican las medidas adecuadas”.

El problema de la educación en México no es el del monto de los recursos, sino el de su asignación.

Sin duda hay que invertir más educación, pero con lo que estamos gastando en educación podríamos obtener como país mucho mejores resultados. Al respecto, Andreas Schleicher, Jefe de la División de Indicadores y Análisis de la Dirección de Educación de la OCDE, ha dicho que “México canaliza un gran gasto a la educación, pero el dinero no garantiza el éxito; hacen falta otros factores”.

“El sistema mexicano –continua el funcionario- refuerza las diferencias sociales (…) Hay naciones como Japón o Canadá que no están enfocadas al nivel social o sociocultural de los alumnos, sino a su desempeño. Las escuelas reciben recursos para enfrentar estos retos, es decir, abrazan la diversidad y la incorporan en su sistema. No es el caso de México: aquí realmente se favorece esta desventaja, aunque también hay excepciones.”

Intervenir a tiempo

“En muchos países –dijo Schleicher en una rueda de prensa- hay margen de maniobra para que las autoridades intervengan cuando las cosas están mal, y ese es otro factor que hace posible la educación exitosa”.

Cuando las cosas van mal lo primero es detectar los problemas y para ello hay que evaluar periódicamente a los alumnos con exámenes normalizados, pero esto no necesariamente esta en relación con la calidad de la educación.

Algo que sí es determinante y que los países destacados siempre hacen, es intervenir pronto y siempre. Por ejemplo en Finlandia que es el número uno en el ranking, uno de cada tres alumnos recibe clases individuales de apoyo, lo que significa que uno de cada siete profesores se dedica a ayudar a alumnos que se pueden quedar atrás. En Singapur se imparten lecciones extra al 20% de los alumnos más retrasados.

Si México quiere poder formar el capital humano e intelectual que requiere para garantizar un mejor futuro a los niños y a los jóvenes, debe prepararse para intervenir en la educación, es una tarea que el gobierno debe realizar. Pero se requiere para ello del concurso de los ciudadanos socialmente responsables, a fin de poder hacer frente al costo político que la reforma educativa implicará.

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