En 2006 tuve la oportunidad de estar en la provincia de El Pilar en Argentina, en un curso muy peculiar. Imagine: en el aula de una escuela de negocios a diversos intendentes (presidentes municipales), diputados locales y nacionales, senadores, representantes de organizaciones no gubernamentales y empresarios, tratando de aprender y compartir experiencias para impulsar el desarrollo en sus comunidades. Esta imagen no debiera ser tan extraña, pero los foros donde se comparten ideas con miras a un bienestar común lamentablemente son pocos.
El IAE Escuela de Dirección y Negocios de la Universidad Austral en Argentina —por medio del Centro de Estudios en Gobierno, Empresa, Sociedad y Economía (GESE)— ha creado el curso “Programa de Gobierno para el Desarrollo de Líderes de Comunidades Locales”.
El curso tiene la siguiente premisa: lograr en un ámbito académico el diálogo entre sectores convergentes en una misma realidad. En su quinta edición, estuvimos aproximadamente 55 personas, entre líderes locales (municipales), legisladores nacionales, empresarios, sociedad civil y académicos.
Este curso genera, de manera muy natural, un foro apartidista en donde se discuten las mejores prácticas del management, junto con las mejores prácticas de la función pública. Estas sirven de enseñanza a líderes locales para mejorar su gestión, pero sobre todo para abrir puertas al diálogo entre iniciativa privada, pública y sociedad civil.
Es increíble darse cuenta de los problemas tan comunes que compartimos en Argentina y México, y me atrevo a afirmar que también en Latinoamérica en general. Menciono algunos que me llamaron la atención y que fueron recurrentes conforme el diálogo y los temas avanzaban:
a) La nula comunicación efectiva entre los tres niveles de gobierno: gobierno federal, estados y municipios. Al escuchar los diversos problemas que los presidentes municipales presentaban, me imaginaba un pozo muy hondo con personas trabajando en su interior y tratando de comunicar “a gritos” sus necesidades a las personas de su mismo equipo en el exterior, pero por la hondura del pozo estos gritos se pierden en el trayecto.
Así pareciera que las necesidades de las comunidades, vía los presidentes municipales, se pierden en el camino de la burocracia y en el desinterés del “equipo de arriba” (gobernadores y gobierno federal) de “bajar” y responder de manera efectiva a estas necesidades.
b) La falta de planeación a largo plazo en los municipios. Fueron sólo algunas provincias las que habían empezado el trabajo de diseñar un plan estratégico a largo plazo. Camino nada fácil, pues como condición sine qua non hay que involucrar a todos los sectores representativos de la comunidad, incluyendo la oposición.
Todo esto con el fin de elaborar un plan consensuado que proyectara “los sueños” del municipio a 15 o 20 años. Una de las grandes enseñanzas que les puedo compartir es que ningún plan estratégico que fue impuesto “desde arriba” ha funcionado correctamente. El plan tiene que venir desde las bases para que pueda permear a la sociedad y se facilite el logro de objetivos.
c) La falta de visión y herramientas para favorecer el diálogo entre gobierno municipal y empresariado local. En general prevalece una falta de visión de trabajo en conjunto entre sector público y privado para buscar un bien común. Los temas de convergencia entre sectores son diversos y el facilitar el diálogo ayudó en los casos de éxito a potenciar la mejoría de la localidad. Sin embargo, no hay una preparación en los líderes locales para favorecer este trabajo en común.
En este sentido, las instituciones de educación juegan un papel primordial, pues son el medio ideal para funcionar como enlace entre los sectores público y privado.
La teoría de la gobernanza busca nuevas maneras de hacer más eficiente la gestión gubernamental tomando en cuenta a los actores relevantes de cierta localidad: medios de comunicación, empresariado, ONG’s, sindicatos grupos religiosos, etcétera. La hipótesis es que el diálogo y las acciones conjuntas entre estos sectores en sus diferentes niveles puede hacer más eficiente la manera como el gobierno local responde a las necesidades de la comunidad donde gestiona.
Me parece que cursos como este, donde se facilite el diálogo entre sector público y privado, favorecen el desarrollo local de una manera muy efectiva.
¿Interesaría a los presidentes municipales en México contar con un foro de estas características? ¿Interesará al empresariado local favorecer el diálogo con el sector público con miras a buscar nuevas maneras de trabajo en conjunto para lograr el bien local? ¿Está preparada la sociedad civil para comprometerse en el trabajo en conjunto con los otros sectores?
El IAE Escuela de Dirección y Negocios de la Universidad Austral en Argentina —por medio del Centro de Estudios en Gobierno, Empresa, Sociedad y Economía (GESE)— ha creado el curso “Programa de Gobierno para el Desarrollo de Líderes de Comunidades Locales”.
El curso tiene la siguiente premisa: lograr en un ámbito académico el diálogo entre sectores convergentes en una misma realidad. En su quinta edición, estuvimos aproximadamente 55 personas, entre líderes locales (municipales), legisladores nacionales, empresarios, sociedad civil y académicos.
Este curso genera, de manera muy natural, un foro apartidista en donde se discuten las mejores prácticas del management, junto con las mejores prácticas de la función pública. Estas sirven de enseñanza a líderes locales para mejorar su gestión, pero sobre todo para abrir puertas al diálogo entre iniciativa privada, pública y sociedad civil.
Es increíble darse cuenta de los problemas tan comunes que compartimos en Argentina y México, y me atrevo a afirmar que también en Latinoamérica en general. Menciono algunos que me llamaron la atención y que fueron recurrentes conforme el diálogo y los temas avanzaban:
a) La nula comunicación efectiva entre los tres niveles de gobierno: gobierno federal, estados y municipios. Al escuchar los diversos problemas que los presidentes municipales presentaban, me imaginaba un pozo muy hondo con personas trabajando en su interior y tratando de comunicar “a gritos” sus necesidades a las personas de su mismo equipo en el exterior, pero por la hondura del pozo estos gritos se pierden en el trayecto.
Así pareciera que las necesidades de las comunidades, vía los presidentes municipales, se pierden en el camino de la burocracia y en el desinterés del “equipo de arriba” (gobernadores y gobierno federal) de “bajar” y responder de manera efectiva a estas necesidades.
b) La falta de planeación a largo plazo en los municipios. Fueron sólo algunas provincias las que habían empezado el trabajo de diseñar un plan estratégico a largo plazo. Camino nada fácil, pues como condición sine qua non hay que involucrar a todos los sectores representativos de la comunidad, incluyendo la oposición.
Todo esto con el fin de elaborar un plan consensuado que proyectara “los sueños” del municipio a 15 o 20 años. Una de las grandes enseñanzas que les puedo compartir es que ningún plan estratégico que fue impuesto “desde arriba” ha funcionado correctamente. El plan tiene que venir desde las bases para que pueda permear a la sociedad y se facilite el logro de objetivos.
c) La falta de visión y herramientas para favorecer el diálogo entre gobierno municipal y empresariado local. En general prevalece una falta de visión de trabajo en conjunto entre sector público y privado para buscar un bien común. Los temas de convergencia entre sectores son diversos y el facilitar el diálogo ayudó en los casos de éxito a potenciar la mejoría de la localidad. Sin embargo, no hay una preparación en los líderes locales para favorecer este trabajo en común.
En este sentido, las instituciones de educación juegan un papel primordial, pues son el medio ideal para funcionar como enlace entre los sectores público y privado.
La teoría de la gobernanza busca nuevas maneras de hacer más eficiente la gestión gubernamental tomando en cuenta a los actores relevantes de cierta localidad: medios de comunicación, empresariado, ONG’s, sindicatos grupos religiosos, etcétera. La hipótesis es que el diálogo y las acciones conjuntas entre estos sectores en sus diferentes niveles puede hacer más eficiente la manera como el gobierno local responde a las necesidades de la comunidad donde gestiona.
Me parece que cursos como este, donde se facilite el diálogo entre sector público y privado, favorecen el desarrollo local de una manera muy efectiva.
¿Interesaría a los presidentes municipales en México contar con un foro de estas características? ¿Interesará al empresariado local favorecer el diálogo con el sector público con miras a buscar nuevas maneras de trabajo en conjunto para lograr el bien local? ¿Está preparada la sociedad civil para comprometerse en el trabajo en conjunto con los otros sectores?
Por Marco Iván Escotto Arroyo.
Coordinador del CEGI.
Coordinador del CEGI.
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